Chapter 61
1)Y HE aquí, aconteció que poco después que hubo enviado su epístola al gobernador del país, Moroni recibió una epístola de Pahorán, el gobernador. Y éstas son las palabras que recibió:
2)Yo, Pahorán, gobernador de este país, envío estas palabras a Moroni, capitán en jefe del ejército. He aquí, Moroni, te digo que no me regocijo por vuestras grandes aflicciones, sí, ello contrista mi alma.
3)Mas he aquí, hay quienes se regocijan en vuestras aflicciones; sí, al grado de que se han sublevado contra mí, y también los de mi pueblo que son hombres libres; sí, y los que se han sublevado son sumamente numerosos.
4)Y son esos que han tratado de arrebatarme el asiento judicial los que han sido los causantes de esta gran iniquidad; porque se han valido de muchas lisonjas y han desviado el corazón de mucha gente, lo cual será la causa de grave aflicción entre nosotros; ellos han detenido nuestras provisiones, y han intimidado a nuestros hombres libres de modo que no han ido a vosotros.
5)Y he aquí, me han hecho retroceder ante ellos, y he huido a la tierra de Gedeón con cuantos hombres me ha sido posible reunir.
6)Y he aquí, he enviado una proclamación por toda esta parte de la tierra; y he aquí, se nos están uniendo diariamente a tomar las armas en defensa de su país y su libertad, y para vengar nuestros agravios.
7)Y han venido a nosotros, a tal grado que aquellos que se han alzado en rebeldía contra nosotros son desafiados; sí, al punto de que nos temen, y no se atreven a salir a la batalla contra nosotros.
8)Se han apoderado de la tierra, o sea, de la ciudad de Zarahemla; se han nombrado un rey, y éste ha escrito al rey de los lamanitas, y ha concertado una alianza con él; y en esta alianza ha convenido en retener la ciudad de Zarahemla, retención que él supone hará posible que los lamanitas conquisten el resto de la tierra, y él sería nombrado rey de este pueblo, cuando los lamanitas lo hayan conquistado.
9)Ahora bien, me has censurado en tu epístola, pero no importa; no estoy enojado, antes bien, me regocijo en la grandeza de tu corazón. Yo, Pahorán, no ambiciono el poder, sino únicamente retener mi asiento judicial, a fin de conservar los derechos y la libertad de mi pueblo. Mi alma permanece firme en esa libertad en la que Dios nos ha hecho libres.
10)Y he aquí, resistiremos la iniquidad aun hasta el derramamiento de sangre. Nosotros no verteríamos la sangre de los lamanitas si permaneciesen en su propia tierra.
11)No verteríamos la sangre de nuestros hermanos, si no se alzaran en rebeldía y tomaran la espada contra nosotros.
12)Nos someteríamos al yugo de la servidumbre si lo exigiera la justicia de Dios, o si él nos mandara que lo hiciéramos.
13)Mas he aquí, él no nos manda que nos sujetemos a nuestros enemigos, sino que pongamos en él nuestra confianza, y él nos librará.
14)Por lo tanto, mi querido hermano Moroni, resistamos al mal, y el mal que no podamos resistir con nuestras palabras, sí, tal como las rebeliones y disensiones, resistámoslo con nuestras espadas para que retengamos nuestra libertad, para que nos regocijemos en el gran privilegio de nuestra iglesia y en la causa de nuestro Redentor y nuestro Dios.
15)Por lo tanto, ven a mí rápidamente con unos pocos de tus hombres, y deja el resto al mando de Lehi y de Teáncum; dales facultad para conducir la guerra en esa parte de la tierra, según el Espíritu de Dios, que también es el espíritu de libertad que está en ellos.
16)He aquí, les he enviado algunas provisiones para que no perezcan hasta que puedas venir a mí.
17)Reúne cuantas fuerzas puedas en el curso de tu marcha hacia acá, y marcharemos rápidamente contra esos disidentes, con la fuerza de nuestro Dios según la fe que hay en nosotros.
18)Y nos apoderaremos de la ciudad de Zarahemla a fin de obtener más víveres para enviar a Lehi y a Teáncum; sí, marcharemos contra ellos con la fuerza del Señor, y daremos fin a esta gran iniquidad.
19)Así pues, Moroni, me alegro de haber recibido tu epístola, porque me hallaba algo inquieto concerniente a lo que deberíamos hacer, si sería justo marchar contra nuestros hermanos.
20)Pero has dicho que a menos que se arrepientan, el Señor te ha mandado ir contra ellos.
21)Procura fortalecer a Lehi y a Teáncum en el Señor; diles que no teman porque Dios los librará, sí, y también a todos aquellos que se mantienen firmes en esa libertad con que Dios los ha hecho libres. Y ahora concluyo mi epístola a mi amado hermano Moroni.